Década de los 70´s. El Perú vive un gobierno militar, que
comenzó siendo de izquierda y fue golpeado y removido por militares de derecha.
Un paro nacional convocado por organizaciones populares que fue paro de verdad,
total, nacional, 19-07-77 obliga a estos militares a convocar a elecciones para
vivir en democracia.
A la vuelta de la esquina se respira un proyecto político
nuevo. Entre la gente joven se vive y goza de la nueva canción latinoamericana:
chilena, argentina, cubana. Los medios le llaman canción “protesta”; quienes
las cantamos le llamamos nueva. En comunidades cristianas se vive al calor del
documento de Medellín, se practica de una manera nueva la fe: Dios no quiere
que los pobres se mueran antes de tiempo, estamos llamados y llamadas a tener
la vida en abundancia.
En las afueras de Lima, en Caja de Agua, (un barrio pobre,
de reubicados, con fama de violentos, de mal vivir), Matías Siebenaller, un
sacerdote luxemburgués, se empeña en animar la fe y la solidaridad en su
parroquia de San Cristóbal. Su tarea es anunciar el evangelio de la vida para
todos y todas. Encuentra, acoge e involucra para sus planes a Gilmer, quien
había salido de los dominicos para vivir su opción con la gente pobre. Gilmer
encuentra y anima a Javier e Iván, dos chiquillos del barrio, todavía de
colegio que tocan bien los vientos y, finalmente, junto con Ynés y Eduardo, los
cinco, decidimos ponernos en camino ya que compartimos la fe, la luz, la
música, los sueños, la esperanza y el amor por la patria. Es 1977.
Nos juntamos para cantar canciones que nos gustan, música latinoamericana: Víctor Jara, Violeta Parra, César Isella, Sabia Nueva, Silvio, Pablo, entre otros. Somos invitados para diferentes lugares y actividades del barrio. Somos de la parroquia pero nuestras canciones, -que las crea Gilmer-, las cantamos sólo en las celebraciones de la comunidad. En los otros actos el canto es el popular. No tenemos nombre, no es necesario, importan el mensaje, el compromiso, el compartir nuestros sueños y nuestras ganas de materializarlos.
Dios habla por boca de una señora del barrio, negra, sandunguera, con saoco. Nos dice: “ustedes cantan bonito, canten para nosotros!”. Este es el signo, el sello indeleble que nos marca para el futuro desde el vientre de nuestras guitarras.
Dos años cantando juntos, viviendo nuestra fe con la comunidad, anunciando la vida, denunciando la muerte y sus agentes. Cada vez somos más requeridos en diferentes lugares: nos llaman de otros barrios, organizaciones de pobladores, sindicatos, de mujeres, religiosas, de jóvenes, ¡debemos tener un nombre!.
Es el 5 de Marzo del 79. Nos formalizamos, de ahora en adelante nos llamaremos la AGRUPACION CULTURAL DE CANTO POPULAR SIEMBRA. Aunque de eso nadie se entera, para todos y todas seremos, desde entonces, el GRUPO SIEMBRA, simplemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario