3.9.08

Los Siembra...

Este colectivo dedicado a hacer lo que más nos gusta: cantar a nuestro Dios y a nuestro pueblo siguiendo los afanes fundacionales en continuidad de la historia que Dios viene escribiendo en el Perú. Por eso nuestra música tiene nuestras formas musicales, nuestros modos peruanos de relacionarnos con Él, nuestras maneras de sentir su presencia en las coyunturas en las que ha querido que estemos presentes. 

Desde 2010 tiene la actual conformación:

Eduardo Salas Arce, peruano, casado, tres hijas, uno de los fundadores del grupo, Educador, trabaja en una Institución dedicada a la Formación de jóvenes líderes y la elaboración de materiales audiovisuales y es docente en una Universidad. Director del Grupo, canta, crea canciones e interpreta instrumentos de cuerda: charango y guitarra, y viento: quena y zampoña.
Casualidades, coincidencias, o estaba escrito que nos encontraríamos con Gilmer e Ynés para, a partir de nuestro gusto por cantar, comenzar esta linda historia de Siembra. Lo nuestro fue un ir descubriendo cada día, en todos estos años, las entrañas de un Dios escondido en medio de su pueblo buscando realizar su proyecto de vida para todos y todas, engriéndonos, queriéndonos, exigiéndonos. Cantarle a Él “con una sola voz” viviendo y caminando con nuestro pueblo en sus anhelos por hacer de la patria linda y justa, como el mismo Dios la quiso, es lo más lindo de mi historia siembreña.
Ynés Franco Ochoa, peruana, casada, dos hijos, de las fundadoras del grupo, de profesión Administradora, trabaja actualmente en el Colegio JOSE ANTONIO ENCINAS, en medio de una propuesta alternativa de educación.  Canta, crea canciones e interpreta instrumentos de percusión.
Jaime Montoya Ayala, peruano, casado, tres hijos, participa en el grupo desde 1995, de profesión Técnico en Informática, trabaja actualmente en un Centro Educativo como profesor de Computación. Canta, crea canciones e interpreta la quena, las zampoñas, charango y guitarra.




"SIEMBREÑOS" DE SIEMPRE...

La conformación del grupo fue variando en el tiempo. Economía, matrimonio, más crisis económica, jornada laboral y varios etcéteras contribuyeron a la presencia o ausencia de los integrantes del grupo en cada coyuntura. Hemos sido estables hasta donde se pudo y hemos aguantado los temporales arropados de ternura, cariño, consuelo y de … ¡demandas para seguir con el trabajo!. Y esto, dicho de las maneras más sutiles como para no decir no. Por orden, casi cronológico, aquí va la lista de los siembreños y las siembreñas.


Gilmer Torres
A lo ya dicho, fundador, animador, compositor y creativo, estuvo desde los inicios hasta el 91. Desde entonces participa en el grupo en las jornadas, talleres y actividades de formación que realizamos, y cuando se puede, en algunos conciertos. Autor de las primeras canciones, quien marcó con su gusto y personalidad el ser de Siembra hasta la actualidad. Es profesor de religión y feliz padre de Juan Diego y Guadalupe.

Iván Rodríguez
Al igual que Javier inició la historia estado aún en el colegio, tocaba instrumentos de viento y cuerdas, en el 83 dejó el grupo. Trabaja actualmente en instituciones dedicadas al desarrollo humano.
Javier Lewis
Comenzó la historia del grupo siendo un “chiquío”, tocaba la quena y gustaba del canto latinoamericano que envolvió al grupo en sus inicios. Estuvo apenas 2 años con el grupo. Formó a numerosos quenistas en el barrio y en los lugares donde fue solicitado.

Jorge Coronado
Ayacuchano, guitarrero, cantor de música latinoamericana, llegó el 80 y estuvo hasta el 91 donde el trabajo ¡cuándo no! se convirtió en una traba para su desarrollo musical: no le dejaba tiempo. Ahora es funcionario de la OIT y de cuando en cuando seguimos juntándonos para cantar y contar y recordar los tiempos bien vividos.

Abel Coronado
Hermano de Jorge, llegó también el 80 y se quedó hasta el 95. Todista: Quenista, charanguero, bombero (o bombista, como quiera, por el bombo), guitarrero, tenor. Ahora es profesor de música en el Colegio Fé y Alegría, cerca de Caja de Agua, lugar de los orígenes del grupo.

Fabriciano Asalde
Llegó el 91 y se mantuvo hasta “que el trabajo nos separó” en el 97. Compositor, creativo, primera voz, de barrio, con “calle”, venía de la parroquia San José Obrero, con harta experiencia en la vida de fe vivida comprometidamente. Ingeniero químico cuyo horario de trabajo (una semana de día, otra de noche) truncó sus ganas de seguir cantándole al Dios de la Vida en las calles de su barrio.

Paula Franco
Entre el 88 y 89 cantó, animó y vivió todo el trabajo musical mientras la maternidad le permitió. De la Parroquia Santa Teresita de Lima, se dedicó luego con Eduardo, su esposo, a animar el trabajo en la Parroquia San Cristóbal en Caja de Agua. Trabaja actualmente en la Comisión Episcopal de Acción Social.


Francisco Soto
“Panchito” llegó joven al grupo, casi “chiquío”, había llegado a Lima con su familia huyendo de la violencia de Ayacucho donde Sendero inició sus tropelías. Buena voz, mejor músico, guitarrista, artesano, se dedicó por completo al arte y buscando mejores destinos de dedicó a la artesanía. Estuvo entre el 89 y el 90.

Tatiana Milichow y Enrique Aservi
De paso casi fugaz, apenas un año, el 80, participaron de las primeras grabaciones y del inicio fuerte del trabajo del grupo. Ella soprano, él tenor, apoyaron decididamente en todo el trabajo del grupo. Participaban en la Parroquia Santa Teresita de Lima donde siguieron su compromiso musical.

Enrique Mesías Cárdenas, peruano, casado, una hija, Profesor de Música, ha estudiado en la Escuela Nacional de Folklore y trabaja en un Centro Educativo. Participó durante más de 14 años asumiendo la Dirección Musical del grupo.  Ahora en su camino en solitario es un destacado cantautor, dentro de la "trova peruana". 
"Participé en el grupo desde fines de 1997 hasta el 2011, y durante un tiempo hice las veces de Director Musical y grabado unos 10 discos del Grupo. Sin embargo, tendría que ir más allá para revelar el significado real de ser un "siembra". Hemos tratado de acompañar las experiencias de fe de nuestra patria y en ese andar, cada concierto, cada presentación, cada viaje, cada gesto de amistad, cada celebración de la vida y de la justicia, son la señal de que Dios camina con su pueblo.