9.3.15

LAS CUERDAS Y LAS TEMPERATURAS

“Disculpen, pero esta noche cantaremos con nuestras chompas. Hace frío.” (Y no hemos traído los ponchos)
Estábamos arropados, abrigados. En el templo no había calefacción y los 2° de temperatura no son para andar cochineando. Aunque nos pongamos a bailar.
Esta temperatura en el templo no era por un problema de economías, porque en estos días, todo, absolutamente todo por estos lares, tiene calefacción. Bueno no todo, solo falta ponerle a las calles porque cualquier lugar cerrado lo tiene. Así que lo raro de esta noche, tenía una explicación diferente.

Pasa que el órgano de ese templo, instrumento importante en toda iglesia alemana, estaba hecho de una madera que no podía soportar la calefacción, así que dado lo importante que es instrumento musical … a abrigarse nomás.
El asunto es que no hay manera de explicarle eso a nuestras guitarras, las pobres andan más que confundidas con estos cambios de temperatura. Las cuerdas andan entre estirarse y encogerse con una rapidez digna de mejor causa… y de mejores tonos.
Debemos tenerlas por lo menos media hora antes cogiendo la temperatura, afinándolas una y otra vez antes del concierto hasta que ellas sientan que ya, que esa temperatura no va a cambiar. A pesar que les aseguramos en mil idiomas de esa situación, ellas prefieren tomar sus propias precauciones.

Y es que unas noches antes, estuvimos en otro templo, que tenía esta vez un órgano muy valioso, hecho con maderas de no sé qué bosques de Inglaterra que necesitaban de una humedad especial para no malograrse –y desafinar-. Así que échate a soplarte la humedad del órgano. Y otra vez a hacerles entender a las cuerdas que…

Dicho así como se lo contamos parece broma, pero viéndolo por el lado amable, podemos hacer también otras lecturas. Por ejemplo, aquella que todo está en función de lo que al ser humano le va bien, pero ¿y a la naturaleza?, ¿nos preocupamos que no sufra con nuestras comodidades? ¿qué a ella también le vaya bien?. Total, a la tierra y a los seres humanos nos hizo el mismo creador.
Sólo que a la tierra la hizo primero.

Así que, así no más pues, a seguir aprendiendo. Y cantando.

A la temperatura que haya.